El modelo autoritario

 El modelo autoritario

Las altas expectativas que tienen los padres sobre los niño provocan en los pequeños excesivo nerviosismo, malestar e incluso ansiedad provocados por querer satisfacer siempre a los padres.
La inseguridad les provoca un concepto pobre de sí mismos.
Los niños no aprenden a gestionar sus emociones. Pasan directamente por los extremos: o siente un odio y una rabia profunda por sus figuras paternales o todo lo contrario, son sumisos.
Los niños no tienen autonomía para poder escoger lo que quieren hacer. Deben de cumplir los objetivos que los padres les han impuesto. Debido a esto no tienen la oportunidad de ser independientes y de aprender las habilidades que hacen posible que puedan resolver sus propios conflictos.
El estar bajo la presión de padres excesivamente exigentes día a día puede provocar que los niños estén bajos de defensas y estar expuestos a enfermedades, e incluso a tener depresión.
El ser demasiado autoritario puede crear un miedo irracional en los niños a hablar con sus padres, comentar cualquier cosa, tener miedo a equivocarse. Esto hace que los niño no desarrollen las habilidades sociales necesarias para relacionarse en el futuro.
El reto de todos los padres es la de ejercer autoridad positiva en sus hijos para que crezcan siendo felices, seguros de sí mismos, curiosos, independientes, respetuosos, etc. El problema es que muchas veces al buscar esta autoridad y debido a diferentes motivos se llega a la antigua figura de padre autoritario de otras épocas y causando el efecto contrario:
- Provocando inseguridad
- Baja autoestima
- Poca inteligencia emocional
- Mala toma de decisiones
- Puede causar malestar y enfermedad
- No tener competencias sociales
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